La música y el canto han funcionado para acompañar diversos movimientos políticos y sociales. Al hacer uso de la música, ésta se convierte en “un formidable instrumento de propaganda y persuasión [...], un vehículo emocional, una forma de expresión, a la vez que manifestación cultural de época” (Carrillo, 2012: 98). En la Europa de los siglos XIX y XX, las ideas anarquistas y socialistas promovieron, entre otras cosas, el acompañamiento de expresiones artísticas con el compromiso político; esta idea del deber político del arte venía desde la Revolución francesa (Califa, 2021: 17).
Entre los músicos y compositores que dedicaron gran parte de su vida a difundir la causa anarquista se encuentra José Antonio “Chicho” Sánchez Ferlosio, nacido en Madrid en 1940. Fue hijo de un escritor, novelista y ensayista reconocido por ser miembro fundador del partido Falange Española. Su hermano Rafael fue también novelista, ensayista, gramático y lingüista, y Miguel –otro hermano– se dedicó a la filosofía, fue profesor y matemático. José tomó el camino de la poesía y se integró a la oposición del régimen de Francisco Franco, se distinguió por haber escrito durante toda su trayectoria canciones antifranquistas.
Para 1963 surgió un proyecto musical enfocado en la recopilación de canciones con temática antifascista alrededor de Europa; el LP Canti della resistenza europea tuvo el sello discográfico DNG (de Turín) y fue desarrollado por el compositor y etnomusicólogo italiano Sergio Liberovici y el periodista, cantautor y musicólogo milanés Michele Straniero. En este proyecto se incluyeron melodías de diecisiete países, entre ellas, cinco temas eran procedentes de España y, de esas cinco, cuatro pertenecían a “Chicho”.
Gracias a Canti della resistenza europea se escucharon por primera vez romanzas emblemáticas como «Gallo negro, gallo rojo» (Carrillo, 2012: 94-95), canción que aparece en el Volumen 3 del LP, como la cuarta del lado A. En su letra se presentan dos gallos enfrentados en una arena y cada uno cuenta con características específicas, de manera tal que a lo largo de las estrofas se describe al gallo negro como grande y traicionero, mientras el gallo rojo es valiente y no se rinde en el duelo aunque le cueste la vida.
Los símbolos utilizados en esta canción ayudan a comunicar los principios de la lucha ácrata; los colores de los gallos remarcan los mismos de la bandera anarquista, el gallo rojo se relaciona con lo que el obrero, el pobre o el campesino pueden ser: gente brava que seguirá luchando sin importar si expone su vida, que a pesar de verse inferior lleva dentro más espíritu. Mientras tanto, el gallo negro representa aquello que combate el anarquismo: el abuso y la ventaja de cualquier opresor del pueblo, ya sea este el patrón, el policía o el capital.
Por otro lado, la elección del animal utilizado no es un detalle menor. De acuerdo con José Tudela, en la antigua Grecia “es famosa la referencia que hizo Temístocles a la valentía de los gallos en sus riñas, en su arenga a los atenienses [...], porque estas aves luchaban hasta el último aliento“ (Tudela, 1959: 14). Los atenienses luchaban por su patria y por su libertad, de modo que contar con ese valor les era fundamental. Tudela menciona que en la educación griega se incentivaba que los jóvenes asistieran a peleas de gallos. Este animal también se encontraba en monedas y es posible verlo en el casco de Palas Atenea como símbolo de valentía.
Los animales también funcionaron como símbolos para la reafirmación de los Estados, tal es el caso del león en la iconografía española. El gallo, por su parte, experimentó una evolución semántico-política similar, después de haberse identificado con la monarquía francesa, en el periodo revolucionario se retomó como imagen de la victoria del pueblo y símbolo de la libertad, incluso llegó a ser emblema de la República francesa (Orobon, 2018: 80). Para el imaginario político español el gallo se relacionaba con la libertad por una especie de razonamiento deductivo: si el gallo era emblema de Francia y Francia es el país de la libertad, entonces el gallo será símbolo de la libertad.
Bibliografía
Califa, Oche (2021). “Introducción. Crónica de un tiempo cantado”, en Canto Rebelde. La canción de protesta en Argentina y América Latina en los 60 y 70, Buenos Aires, Marea, pp. 11-45.
Carrillo Linares, Alberto (2012). “Surcos de esperanza y gritos de libertad. Música contra el franquismo”, Historia Social, No.73, pp. 80-99.
Orobon, Marie-Angèle (2018). “La carne de la política: ruptura democrática y simbología”, Ayer, No.112, pp. 73-98.
Tudela, José (1959). “Notas de historia económica. Los gallos de dos mundos”, en Amerikanistische Miszellen Festband Franz Termer in Freundschaft und Verehrung gewidmet von Freunden, Kollegen und Schülern zur Vollendung des 65. Lebensjahres am 5. Juli 1959, Wilhelm Bierhenke, Wolfgang Haberland, Ulla Johansen y Günter Zimmerman (eds.), Berlin, Boston, De Gruyter, pp. 14-20.
Samantha Gabriela Castillo Becerril, estudiante de la Licenciatura en Estudios Latinoamericanos, Universidad Nacional Autónoma de México.
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